Originaria de la ciudad de Oaxaca, México. Forma parte de la 2a. generación de pintores del taller de Artes Gráficas: “Rufino Tamayo” dirigida por el maestro Rufino Tamayo de 1985 a 1990.
Judith Ríos compartió talleres en su formación profesional con maestros como: Rodolfo Morales, Leonel Maciel, José Esteban Martínez, Octavio Bajonero, Kent Rush, Javier Arévalo y Rufino Tamayo entre otros.
“En sus obras predominan personajes de la cultura y de la vida cotidiana de México, pero en especial de Oaxaca y en cada una de ellas cuenta una historia, a su manera. Emplea técnicas mixtas que ayudan a enriquecer su obra con textura y color, cuidando siempre la armonía y el equilibrio de las mismas.” (Teresa Díaz).
Judith Ríos se define a sí misma como:
“Oaxaqueña, orgullosa de mis raíces, de mi gente y de mi tierra. Es esta herencia la que me lleva a esta imperiosa necesidad de expresión, en donde, el color, la textura, la música, las tradiciones y los sentimientos hacen que plasme en mis formatos lo que atrapo del momento, lo que habla por sí solo, lo que me hace reír, lo que me hace soñar.”
“En mis obras soy yo, dejo ahí parte de mi historia, me comunico con el corazón”.
Originaria de la ciudad de Oaxaca, México. Forma parte de la 2a. generación de pintores del taller de Artes Gráficas: “Rufino Tamayo” dirigida por el maestro Rufino Tamayo de 1985 a 1990.
Judith Ríos compartió talleres en su formación profesional con maestros como: Rodolfo Morales, Leonel Maciel, José Esteban Martínez, Octavio Bajonero, Kent Rush, Javier Arévalo y Rufino Tamayo entre otros.
“En sus obras predominan personajes de la cultura y de la vida cotidiana de México, pero en especial de Oaxaca y en cada una de ellas cuenta una historia, a su manera. Emplea técnicas mixtas que ayudan a enriquecer su obra con textura y color, cuidando siempre la armonía y el equilibrio de las mismas.” (Teresa Díaz).
Judith Ríos se define a sí misma como:
“Oaxaqueña, orgullosa de mis raíces, de mi gente y de mi tierra. Es esta herencia la que me lleva a esta imperiosa necesidad de expresión, en donde, el color, la textura, la música, las tradiciones y los sentimientos hacen que plasme en mis formatos lo que atrapo del momento, lo que habla por sí solo, lo que me hace reír, lo que me hace soñar.”
“En mis obras soy yo, dejo ahí parte de mi historia, me comunico con el corazón”.